15 diciembre 2005,15:06
Un nuevo día
Marla y yo nos levantamos temprano, aun no había amanecido, faltaba poco para ello, los demás estaban en la tienda durmiendo aun. Una bandada de pájaros cruzó el cielo frente a nosotros cantando, esto despertó a todos que salieron de la tienda para ver qué pasaba. El capitán muy tranquilo y sereno, como si llevara despierto un buen rato, nos recordó que ese era el último día en la isla, que la disfrutaramos. Cogí a Marla de la mano y nos fuimos a unos cuantos metros de la tienda para ver el amanecer juntos.
- ¡Qué bonito! – Dijo ella apretándome la mano.
- Sí que lo es, Marla.
Un grupo de delfines saltó del agua a unos cien metros de la orilla, y se fueron rápidamente, y unos pececillos de colores se acercaban cada vez más a nosotros, el agua transparente y limpia nos facilitaba verlos. Algo extraño estaba pasando, no era normal que se fueran tan rápido los delfines y que los peces se acercaran tanto a la orilla estando nosotros allí. Y claro, algo estaba pasando, un tiburón enorme, a lo lejos divisamos su aleta dorsal, se trataba de un tiburón blanco, el más temible y peligroso de todos los tiburones. Marla se asustó al verlo, yo intenté calmarla, pero ella no quería ver como aquella bestia devoraba a ningún animal.
- Marla, tranquila, los delfines son más rápidos, además mira que lejos están.
Ella se abrazó fuerte a mí, no quería mirar. Una lágrima resbaló por sus mejillas al pensar que aquel animal se iba a comer a algún delfín o pez de los que se acercaban velózmente hacia la orilla.
- !Marla, mira! - Le dije.
De repente una gran ballena saltó sobre el tiburón anulándolo y asustándolo para que no se comiera a ningún animal de los que estaban por aquel lugar. Ella vió todo lo que pasó, y cómo se fue huyendo el tiburón. De la gran ballena no quedó ni rastro, se esfumó...
 
posted by R.M Gómez | Permalink |


0 Comments: