Eran tiempo de decadencia para el hombre de a pie. Cualquiera que se apreciara un poco, era consciente de ello y se negaba a encender la televisión. Eso fue lo que me ocurrió a mí. Me hice amigo de la soledad, de los cuentos, de los libros de caballería y de hadas, y si tenía que tomar una copa para dormir, me la tomaba en mi habitación. Pero ocurrió que un día, estando ya dormido, alguien llamó a la puerta. Puesto que era tarde y ultimamente se habían perpetrado varios robos en la zona, observé por la mirilla antes de abrir la puerta. No había nadie al otro lado… Al girarme para regresar a mi habitación escuché unos gemidos entremezclados con unos gritos como de bebé. Volví de nuevo a la puerta, y esta vez sin mirar, la abrí. Sorpresa, susto, emoción y agitación, al final lágrimas cuando creí a aquella criatura decir papá. Aún no había tenido tiempo para reaccionar cuando ya la tenía abrazada a mi pierna.
Era suave y dulce, al contrario de cómo las pintaban en los libros, aunque de aspecto era un vegetal. De repente se soltó de mi pierna y fue corriendo a la mesa de la televisión, donde había una regadera. Señalándola comenzó a balbucear. ¿Quieres agua? – Le pregunté. Y ella, con su cabecita asintió. Me acerqué a la cocina y le llené un vaso con agua, pero entonces ladeo la cabeza, quería que le echase el agua por encima. Para no manchar el suelo cogí en mis brazos a la criatura y la llevé a la bañera. Toma agüita chiquitina. – Le dije mientras le echaba agua por encima. Cuando le eché toda el agua, se sacudió dejando el baño perdido y comenzó a reírse. Al tocarla ya estaba seca, así que decidí cogerla y llevarla a dormir conmigo.
A pesar de que en los libros pintaban a esta criatura como una criatura horrible que siempre se escondía entre la maleza para que nadie las viera, a mí me hacía gracia, no me parecía fea ni desagradable, sino todo lo contrario, además de ser bastante cariñosa.
Al llegar a la habitación, la criatura se bajó de mis brazos y se metió debajo de la cama. ¿Vas a dormir ahí? – Le pregunté. Ella asintió con la cabeza y nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente me desperté y lo primero que hice fue mirar debajo de la cama. La criatura, que a la noche no medía más de un palmo, ahora debía medir casi como un bebé. Era alucinante, incluso parecía humana. La saqué de debajo de la cama para verla más de cerca y me sacó la lengua riéndose. Agua. – Me dijo. Fui a la cocina y se vino detrás mía caminando. Glu glu glu. – Decía por el camino. Llené un vaso de agua y fui hasta la bañera. ¿Y si en lugar de echarle un vaso le echo más agua con la ducha? – Me pregunté. Sabía que no podía echarle mucha agua, porque pese a parecer humana, era un vegetal y se podía ahogar, pero la curiosidad me pudo. Por la carita que puso no me pareció que le sentara muy mal, se reía como a la noche anterior y se sacudió dejándolo todo perdido otra vez. Cuando se secó se fue corriendo a la ventana. Sol, sol. – Gritaba entusiasmada. Abrí la persiana y se tumbó en el suelo en cruz. No te muevas de aquí que voy a desayunar. – Le dije.
Tomé un café con leche y un donuts y volví corriendo a la habitación. ¿Qué demonios ha pasado? – Grité. La mandrágora había tomado forma totalmente humana, de mujer, ya me llegaba al hombro.

No te asustes, me he transformado en una mujer completamente humana, como habrían podido hacer muchas de mis compañeras si el hombre no hubiera sido tan malévolo con nosotras. Siempre nos han asociado con brujería, con enfermedades y nos han tenido por una planta perjudicial para el ganado. Pero tenemos alma y corazón. Tú, por haberme cuidado tendrás eternamente mi corazón. Nunca te abandonaré, y si algún día tú me abandonas a mí, simplemente volveré a convertirme en lo que era ayer. Una mandrágora.

No tengas miedo, ahora soy humana, igual que tú. No debes tener prejuicios, tú eres un hombre y yo una mujer, nadie notará nada y juntos seremos felices. ¿Qué te parece? – Me preguntó tras terminar de explicarme la historia.
Y cuando salí de mi estado de alucinación, vi que aquello era real, una mujer preciosa estaba enfrente mía, esperando una respuesta. Una mujer que hacía unos momentos era una mandrágora. No desconfié de ella, era hermosa, cariñosa, dulce, y al fin y al cabo era cierto que yo la había cuidado, no creo que quisiera hacerme mal. Acepté estar con ella y juntos somos felices...

Ya no es el brillo, brillo, sino maquillaje,
ya no hay ojos, sino lentillas;
pero tú, pequeña mía, siempre brillarás por ser así.

Por tu miedo a ser y no ser
pero en el fondo seguir siendo por los impulsos de tu corazón.
Por tus ganas de brillar y de apagarte
que tantas noches me quitan y tanta vida me dan.
Por tu desnudez que tan sutil me muestras
para dejarme adorar el más ínfimo de tus defectos
y por la perfección que hayo en tu interior
cuando no hay más luces encendidas que alguna vela y gotas de sudor.

Porque un whisky con cola no te impida bailar,
porque mis besos apaguen siempre tu sed,
porque se apaguen todas las estrellas menos tú,
porque la luna no salga si no es contigo,
y el sol no sepa salir sin ti.
Porque mis cafés te hagan siempre sonreír,
porque las dos copas sean siempre compartidas,
si es contigo, ay amor, adios digo a la amargura,
brindamos por nosotros y nos besamos con locura.

Y si no estás aquí, brindaré con tu aroma por ti
y te esperaré para decirte que te he escrito esta canción,
y te esperaré para decirte que te quiero,
y es que sin ti me muero,
y contigo me muero de amor
que siempre es mejor que morir sin haber vivido,
que siempre es mejor que morir sin haber sentido,
que siempre es mejor que morir sin haber aprendido a soñar.

No pocas han sido las veces que he escuchado aquello de: voto a tal por no votar a pascual; de entre lo malo, voto a lo menos malo; y frases parecidas. Se acercan las municipales, y yo me pregunto. ¿Tengo que elegir yo también de entre lo malo, lo menos malo? ¿Ese es mi derecho a voto? ¿Nadie se ha parado a pensar que eso es más un derecho a pataleo o castigo? Como fulanito lo hace mal, voto a menganito. Y lo realmente decepcionante, es que son muchas las personas que piensan y votan siguiendo este sistema. La consecuencia es clara: el método funciona y los políticos están al acecho esperando que cualquiera del partido contrario o haga o diga una chorrada. Así España es uno de los paises con mayor corrupción en el tema por ejemplo de urbanismo (y digo por ejemplo porque ahora mismo es lo más sonado y lo que se me ha venido a la cabeza mientras escribía, no obstante, la corrupción es corrupción y no sólo está presente en este ámbito) Así en España los trabajadores cobran menos que en cualquier país de la Unión Europea (ojo, digo trabajadores ya que el que heredó una millonada de pelas hace 15 años, compró x pisos y ahora los vende por una millonada de euros no es un trabajador) así va de bien la Sanidad y un largo etcétera en el que se pueden incluir a la gente que se muere de hambre y a De Juana, cuya escolta a la hora de salir a dar un paseo por las afueras del centro hospitalario, nos cuesta a los españoles 120 € por paseito, pero eso son otros temas ¿no?
¿Cuáles son las causas de esto? Muchas, la primera la sociedad. Mientras hace años se podía ver a un Pepe Navarro soberbio a la par que entretenido y ameno Cruzando el Mississippi y valía la pena, ahora mismo se fomenta “el pelotazo” en la tele, consistente en ir a cualquier programilla, contar una patraña y una sarta de mentiras que no se creería ni el más inocente de los niños y que por no llorar hace reír, para llevarse unos duros, sin olvidar nunca los insultos, que sube la audiencia como la espuma y de paso los dígitos de la cuenta del banco. ¿Y a qué viene todo esto? Se preguntarán algunos. Pues es simple, una gran parte de la sociedad, se pega horas y horas todos los días delante de la televisión para saber cómo termina el culebrón de la puta de turno con el chulo del barrio ya sea un torero, un futbolista o un don nadie que salió en Gran Hermano. A una parte de la sociedad le jode que hayan encerrado a la tonadillera y rezan por el alma de Julían Muñoz porque, pobre hombre, si está con la Pantoja no será mal tío. Pues señores, todos esos, tienen pisitos y casitas que para tener cualquiera de nosotros, tendríamos que hipotecar nuestras vidas y las de nuestros nietos. Todo gracias a la brillante política, al fomento del pelotazo, a que el que más gana es el que más grita y más ladra y un sinfín de palabras malsonantes, demagogia barata y la inundación de la M-30. Después llegan las elecciones y claro, todos nos van a robar, pues nada, votamos al que menos robe.
Soluciones: Inconformismo ¿Para qué coño quiero 150 nuevas estaciones, si el metro tarda más en llegar y falla más que una escopeta de feria? ¿De qué sirve un hospital nuevo que lo único que tenía en la inauguración era una incubadora la cual se llevaron en una furgoneta por la puerta de atrás horas más tarde? ¿Votamos por alargar el permiso de paternidad o por el cheque de 300€? Quiero las dos cosas, así de claro. Quiero soluciones a los problemas, no respuestas tipo “yo no fui, fue él” Quiero un país mejor, un trabajo que me permita pagar una hipoteca de chorrocientos euros, o hipotecas más baratas, o que se acabe la especulación, los minipisos, los pisos de precios desorbitados y la inmundicia. ¿Qué candidato va a solucionar todo eso? ¿Realmente le va a interesar a alguno solucionar todos esos problemas, que quizás para otros no lo son?
Mi voto, por tanto, es claro: blanco, nulo, nada. No me conformo con “de entre lo malo, lo menos malo” me niego.
La otra alternativa podría ser el comando tippex.
En vuestras manos queda ahora el resto. Castigar al peor de todos (el peor de todos puede variar según cada uno) o castigarlos a todos con un contundente “estoy hasta los cojones de todos vosotros” Personalmente no sé qué pasaría si nadie, absolutamente nadie, votase. Está claro que no va a pasar nunca, por eso no se sabe a ciencia cierta lo que podría pasar. Tal vez alguno terminaría suicidándose. Pero me gustaría saber realmente qué pasaría. Supongo, por lo poco que sé, que habría nuevas votaciones, referéndum, o en el más absurdo de los casos y rozando los límites de la imaginación… “manden VOTO + Nombre del candidato al 6666” Si alguien sabe algo más, simplemente por curiosidad me gustaría que lo explicase en un comentario.
Gracias a todos por leer.

"La llegada a un pueblo de una tropa de payasos y comediantes tiene para la salud de la población un efecto mucho más benéfico que la llegada de veinte burros cargados de medicamentos" (Thomas Sydenham, 1624- 1689, médico inglés) (Frase tomada del blog del Peluche)

Pese a que me creía inmortal y es algo que aún no he descartado del todo, hoy he tenido que hacer una visitilla relámpago al hospital. Primero me han mirado la tensión y las pulsaciones, acto seguido, me han colocado una pulserita de esas que dan a los VIP´s en las fiestas para que les den todas las copas que puedan tomarse y tal, pero no era de esas, la que me pusieron a mí era igualita a la que llevaba el resto del personal. Desechada esa opción, me dije: ostias, estas son como las que le ponen a los locos en los pabellones psiquiátricos que recuerdan al médico las pastillas que deben dar a cada uno. Pero quedaba mucho tiempo para que me llamaran, así que se me gastó pronto la gracia de pensar en eso. Entonces las opciones se sucedieron en mi pequeño cerebro de la siguiente manera.

1º Imaginarme las vidas de cada uno de los que por allí había y la consiguiente bronca del médico.

- A un abuelete con cara de póker; Hombre, abuelo, con su edad debería replantearse el asunto de las partiditas, no ya por el dinero que pierde, joer, es que con su edad no puede fumarse dos paquetes de ducados, y ya de puros ni hablamos. Ande, ande, que le doy una recetita para que se pase a por un lorito en la pajarería de aquí enfrente.
- A una mujer que iba en silla de ruedas; Señorita, es que a quién se le ocurre, que su marido me consta en el informe que pesa 150 kg. Que no le digo que no esté usted fuerte, de hecho también me consta que se echa carreras los domingos con los del inserso en la sillita y se los lleva de calle. Venga, venga, tenga más cuidado para la próxima, que si quiere hacer su marido el salto del tigre no tiene que subirse al armario, joder.
- A la gitana; ¿Usted no vino aquí ayer ya? ¿Que le dijeron que volviera en unos días? ¿Pero no sabe ya cómo va esto de la sanidad pública? Cuando decimos en unos días, es para el año que viene y como muy pronto (mueca sarcástica) Que no, mujer, cuando rompa aguas venga enseguida, pero no aquí, sino al edificio de ahí enfrente.
- A mí me han encontrado un paquete de tabaco en el bolsillo de la camisa. ¿Cuánto fuma usted al día? (Le dije que me dolía la espalda, no los pulmones) Anda, anda, si estás más sanote que una manzana, tira pa casita y descansa, que ya quisieran muchos estar como estás tú (¿De bueno? Serás descará…)

2º Después se me ocurrió que podía haber seguido los consejos de esta página. Pero nada, han sido dos horitas, por un momento he imaginado que habían entrado traficantes (ladrones, robasillas o cosas así) en el Marañón cuando pasaron corriendo dos picoletos... para no aburrirme mucho. Otros se pellizcan, otros se fuman un cartón en la puerta, otros llaman por teléfono a media familia y los hay a los que les da por comer flores.

Hoy miro al cielo y todas las estrellas, aunque aún no salieron, me saben a ti. ¿Cómo te digo…? ¿Qué palabra uso que no se me quede pequeña…? Si en algún momento dudé del Destino no fue más que por tu duda, pero después de ayer… ¿Qué duda cabe? Sólo cabía una a la que dejamos existir: mi mundo de sueños en el que cada vez que te girabas para mirar cuanto es efímero y negarme un beso, a ti misma te decías: si tuviera unos añicos más; y yo sonriente de saber que era eso lo único que te hacia girarte, pensaba: pero no puede negar que soy yo, que es ella, y que somos nosotros. Y no sé ayer qué conspiración hubo entre los Dioses, las estrellas y el listo de Cupido, que una fuerza implacable nos llevó al fin del mundo abrazados y nos trajo sin dejar que nos soltaramos. Lo que puedo asegurar es que llevaban unos días preparándola, los Dioses moviendo los cielos y los mares, las estrellas tratando de pasar desapercibidas, y Cupido tensando el arco para una flecha con la punta dorada y tu nombre y mi nombre grabados en el cuerpo. Después de rebotar en una farola, una taza y un cenicero, vino a darte en el culete, sonreíste, y yo estaba donde tenía que estar: contigo. ¿Y qué voy a decir de las mareas y los terremotos, si no soy geólogo? ¿Qué voy a decir de las estrellas que titilan, suspiran y explotan si no soy astrólogo? Pero puedo empezar unos versos en tu espalda y dejar que firmes con amor en la mía, puedo regalarte un poema, puedo ser esa sonrisa con la que cada mañana quieres despertar. Y ¿por qué no? Puedo darte mis manos para que escribas nuestra canción, y mi pluma, que es mía y que es tuya, para que en el cielo dibujes tu nombre y el mío, sin más testigos que un imponente sol acompañado de un melodioso “sunshine” que se escapa de tu boca de fresa, tu boca loca, tu boca de miel, tu boca que en mi boca, que es tu boca, es mi boca, es el fuego, es un beso, es placer… es una madrugada, y un hermoso amanecer.

El post él y la colgada yo.

He decidido que en mi vida hay un capítulo de prioridades. La primera de todas soy yo, y comprende tres aspectos fundamentales: mi salud, mis estudios y mi felicidad. La segunda es una sonrisa tuya, cualquiera. He decidido que enriquecer a la gente que ya es rica y mentirosa no me llena en absoluto. He decidido que no va a ser mala idea darte clases de inglés, TÚ aprenderás, y yo siempre recordaré las tantas veces que me has dicho que las clases no iban a servir de nada. He decidido que voy a llegar un poco más tarde al trabajo, porque estas líneas se me han ocurrido hoy y ahora. He decidido que sólo algo que realmente merezca la pena, puede robarme un poco de mi libertad. He decidido ser más fuerte, más duro, más capaz, más intratable, más seguro. He decidido que nadie va a tapar mi boca cuando quiera decir “libertad” salvo la muerte. He decidido que voy a pintarte la vida de colores, las clases de azul, el cielo de azul, y las noches del color de los sueños. He decidido que esta noche riego las macetas, le doy manzanas a mi caballo, comida al pez y escribo un poema, como siempre, para TI. He decidido que con quien quiero estar es contigo, y sólo por una única razón, una razón estúpida, ilógica, una razón que no tiene razón, y es que quiero estar contigo porque eres TÚ. Por el Botánico, por Toledo, por Salamanca, por Sevilla, por París, por todos los sitios en los que aún no hemos estado, pero que en sueños ya contigo me vi. Lo último o bueno, otra de las cosas que he decidido, es invitarte a este, nuestro blog, para que después de unas prácticas horas de “cómo manejar el blog” sea tan tuyo como mío, y puedas poner lo que quieras cuando quieras. Porque compartir contigo rima con la primera y la segunda prioridad.

¿Hemos perdido? ¿Sí? ¿Pero muchos puntos? No, estás de coña, yo no me he enterado. ¿Cómo voy a perder si hablaba contigo y nos estábamos riendo? Anda ya.
Bueno, vale, hemos perdido, pero ¿y lo bien que lo pasamos? Además, al parchís ganamos. Al de 6, el de 4 me parece que lo perdimos, tampoco estoy seguro. Claro, es que me hablas... me sonríes... me siento tan bien contigo que no me entero. Vamos, que si mañana sale en las noticias que ha caído un aerolito del cielo en la puerta de mi casa, yo pondré cara de bobo y diré, pues ni idea oye. Ya terminé el resumen y voy a dormirme, a ver si atino, que ya sabes que sigo sin bombilla en la habitación, dicen que en el super las venden, a ver si es verdad, lo que pasa es que yo con tal de no esperar colas estoy sin luz hasta que coja alguna del edificio, el problema es que no encajan, pero bueno, que no se está tan mal hablando contigo con 2 velas blancas encendidas, si estuvieras ni eso me haría falta, tus ojitos traviesos me dan toda la luz que necesito. Por cierto, que hay cosas que aún no me han quedado claras, si yo te invito a comer ¿quién elije el sitio? ¿si invitas tú puedo elegir yo? Con lo que a mí me gusta deleitarte con un gazpacho y un buen chuletón… Na, te vas a comer un bocata de calamares y lo que me sobre me lo voy a gastar en comprarte estrellas, que he visto una página donde las venden (¡¡no es coña!!) y le puedes poner tu nombre. Ya te lo explico y te enseño la página. Would you like to come here this weekend? No vale usar traductores, que el de google es una mierda, y así no aprendes. Las clases ya sabes que te las doy gratis, yo con que sigas existiendo y sigas presente en mi vida, soy feliz. A todo esto ¿qué fue del repollo? Me da a mí que se habrá podrido ya, o se lo ha comido el lobo… Mis macetas bien, y más lindas que van a estar, ya las verás, les han salido tallos verdes y flores nuevas, a los rosales les falta un poquito más. Bueno, por hoy nada más. Me voy a la camita, no tengo que decir que quiero soñar contigo, porque seguro que sueño contigo, te llevo tan dentro de mí… y me gusta tanto… Besos, mariposas, sólo para ti, café con leche, que cuando leas esto es la hora, y unos donuts. Te quiero.

* Sonando: Scorpions - Wind of change (Para detener la música, pulsar detener, al ladico del botón de recargar)

¿A quién voy a negarle que con quien sueño es contigo?
¿A quién voy a negarle que eres tú la mujer de mi vida?
A nadie, y menos a mí mismo; que dolor, que daño.
Por lo que pueda pasar, te amo a ti y quiero estar contigo,
aunque la posibilidad sea de una entre infinitas,
aunque tuvieran que ponerse de acuerdo dioses confusos, dioses sin cielo.

Por todas las velas blancas encendidas,
por toda la gente que piensa en ti y en mí,
por todos aquellos que nunca han visto a R.M Gómez feliz,
por ti, que te miras cada mañana al espejo y sales a la calle comiéndote el mundo,
(si es que estás para comerte)
por los amores que matan,
que nunca mueren,
porque a veces dar un paso atrás puede implicar avanzar,
porque tenemos tanto en común…
porque a quien quiero llevar a París es a ti,
porque por ti mato y por ti muero y eso no me lo quita nadie,
porque tú tienes razón siempre, pero también corazón,
por mi bandera blanca que tanto me gusta alzar,
por mi buque de guerra anclado donde Cristo perdió la gorra,
por mi velero verde lleno de esperanza y de agujeros por los que a veces ésta se escapa,
porque cuando he visto que te perdía es cuando más te he necesitado,
por los cigarros a medias, por los cafés a medias, por los horizontes a medias,
porque mi ciudad es Madrid, porque mi vida está aquí,
por las calles que nos han visto y volverán a ver de la mano,
por los abrazos que quiero darte y que sólo con quererlo me aguanto y me espero,
por los versos que te doy, por la carta que te espera,
por el regalo rosa,
por la bombilla que se fundió anoche y luego he de cambiar,
por las velas que apagamos para dormir y encendimos para amar,
por la vela lila, que sólo tú puedes encender,
por la mesilla de noche, que tanto gusta de tocarte,
por el armario que guarda tu aroma impregnado en un pantalón,
por las sábanas blancas, que sólo pongo para ti,
porque aún tenemos tanto que darnos…
Clases de inglés, informática para vivir,
partidas de parchís los viernes hasta las 3,
ciudades imperiales, leyendas de color,
vestidos blancos, playas de jazmín,
Sevilla, Triana, fotos en blanco y negro,
el recuerdo de tu desnudez, que cada vez me gusta más,
besos ávidos, implacable mordedura,
porque si te miro te vuelvo a atravesar,
porque mi amor es para ti,
porque en mis ojos ves lo que quieres ver,
y lo que quieres ver es real,
y si lo vuelves a ver,
sabrás que hay algo más allá de esta triste realidad,
que ahora nos consume por dentro, y que podemos traspasar.

Porque sí, porque lo digo yo. A quien no le guste, ahí tiene los campos en flor y las calles gobernadas por farolas. Me gusta vivir ilusionado, sí, y planear sin ilusión, y mientras planeo, no hacer nada. Resistir los envites a chica y a grande, no llevo nada, pero llevo el marcador. Conozco a gente intolerante, infelices que se creen libres, cuando la tolerancia es básica para serlo. ¿Cómo iba a criticar yo al comunismo si no hubiera leído la teoría? Ahora es cuando me tachan de fascista. A tomar por culo, el capitalismo también es una mierda ahora que soy trabajador. Ninguna teoría es perfecta, y mientras los políticos nos engañan, nadie construye un caballo de troya, será que nadie leyó la Eneida, o que prefieren seguir un sendero, digamos, socialmente correcto. Y el que no lo sigue es que está loco. Y mientras antes nos quemaban, ahora nos dejan fuera, lo que no sé es de dónde. A mí que me excomulguen, ya ves. Será que soy un irresponsable, vivo del aire, y soy el padre del hijo que no he tenido, y que quiero como si nunca lo fuera a tener. Me desboco cuando quiero, miento y digo la verdad, robo manzanas del árbol prohibido, duermo con el viento, o en camas de nubes de algodón. Si a los demás les preocupa seguir un protocolo que nadie ha firmado, yo soy como quiero ser, ahora y con 40 años. Un facha de mierda, y un anarquista rebelde, alguien libre, un embustero, un golfo, un vividor, me gustan las mujeres y el vino sin ser Julio Iglesias, soy inconformista, ávaro y egoísta, un envidioso, un traidor, el mismísimo Caronte, un don nadie, que ni es alguien ni es don y también un chalado y un borracho, total, ya puestos. Aunque sinceramente, prefiero que me juzguen todos aquellos que realmente me conocen.

No me pondré a la altura de esa persona a la que no quiero ni mentar. Ya te perdoné, estoy fuera de tu vida y tú de la mía. No te perdoné porque debiera, tampoco porque quisiera y ni siquiera porque lo merecieras. Simplemente lo hice porque soy libre, y tengo poder para hacerlo. Al fin y al cabo ya no puedes hacerme daño. Eso sí, si algo te falta, este no es lugar para que vengas a buscarlo. Lo siento.

Como no me gusta que el post acabe así, doy gracias al árbol por la manzana, al aire por el viento, a los niños por enseñarme a sonreír y a llorar por cualquier tontería, al amor por amor, al querer por querer, a Eva, a Vicky, a Dani, a Toño, a Diana, a Soraya, a Oscar, a Iria, a Estefanía, a Sabina y al Chinato, a los que me leen, a los que me comentan y a las madres que parieron a todos los que pese a ser un gilipollas, están a mi lado y nunca sé cuántos son. Y ¿por qué no?, a los que me insultan y critican, que me hacen más rebelde y más cabrón. A ti también, señorita E. al fin y al cabo no eres mala persona y te aprecio un montón.


Seguiré… otro día.


Os quiero... a los que os lo merecéis.