El indio con plumas y el gato multicolor:
uno iba siempre a mi derecha, el otro a mi izquierda,
otros creían que me hubiera soltado de tal cuerda,
yo en sus burdas caras reía manteniendo el honor.

Pobres, que en sus personas no encuentran resplandor;
nosotros andábamos, ellos pisaban mierda,
por si tal se hizo cruces la que nada recuerda;
yo canté, el gato maulló y el indio tocó el tambor.

Acérquese nadie, que no hay ninguna función,
sois mi risa, un circo, un desatino ¿realidad?
Mas parada tiene ese metro en falsa estación.

Puede me equivoqué de planeta o sociedad,
no hay aquí felicidad sin absurda condición:
así aquí los peleles, son gente de verdad.



* Porque sí, porque me toca los cojones que la gente vaya mirando a todos lados (que no siempre es verdad) y no se paren a mirarse a sí mismos. Porque la felicidad no está fuera, sino dentro, porque el amor va y se lleva por dentro, y no tiene nada que ver con rasgos externos, yo a TI te quiero no por cómo seas por fuera o por lo que tengas, sino por lo bien que me haces sentir, y porque me muero por tu sonrisa. Y a mí no me importa lo que piensen de mí si voy con un indio y un gato multicolor, me reiré de todos aquellos que me miren con cara de "ese está loco o se ha caído de un guindo" yo iré contento y feliz con el indio y el gato.

** Lo sé, lo sabíais, no iba a publicar más, pero este poema hasta que pueda estar en mejor sitio, merece que la gente lo lea y empiece a plantearse algunas cosas. Aunque bueno, mejor sitio no sé dónde... al fin y al cabo, yo no soy nadie.