16 enero 2006,23:29
Historias poco normales II
Son las 7 de la tarde, una hora menos en Canarias, del Manolo (tienda donde venden bocatas y tal) salen cuatro personajes misteriosos, muy misteriosos, con capas y espadas, bueno, bocadillos y cervezas, se dirigen al parque a liarla o a beber y echar unas risas. Les sigue... una sombra, bueno, una persona, va pisando huevos... y en la mano lleva... un bollicao y un litro de horchata Chufi... él es: ¡Chufiman! Que sí, que sí, va con ellos, así que cuidadito.

- ¡Chufiman! Trae eso pá acá que le vamos a echar cervecita dentro, a ver si está mejor. – Le dice misterioso nº 2.

Chufiman le mira desafiante, con cara de asco, de ir a morderle, no le gusta la cerveza, dice que está amarga... que sí, que sí... Los cuatro misteriosos juntan sus cabezas y a espaldas de Chufiman deciden sacar una petaca y echar unas gotitas de whiskey en la botella de horchata.

- Es que está soso hoy el tío. – Opina misterioso nº 3
- Yo no le echo nada, que me muerde. – Dice misterioso nº 1

Chufiman es un tipo peligroso, tiene pokemon de nivel 80 y echa fuego por los ojos, sabe silbar, puede dormir más de 14 horas y hacer infinidad de cosas más, también se emborracha... que sí, que sí, que yo lo he visto.
A eso de las 20:13 bajó del cielo un nazgul que preguntaba por Chufiman...

- ¡Chufiman! – Gritó con voz de ultratumba.
- Ese de ahí, sí sí, ese. – Le indicaron los misteriosos.

El nazgul se dirigió a Chufiman (¿Le irá a quitar el anillo?) y le pidió un poco de Chufi, pero por desgracia para Chufiman y sus amigos los misteriosos, ya no quedaba, se la había bebido toda.

- ¡Me cago en tó lo que se menea! – Gritó el nazgul enfurecido.
- Allí venden. – Le contestó Chufiman sonriendo.
- ¡Capullo! ¿tú crees que este bicho cabe por la puerta? – Le preguntó el nazgul echando fuego por los ojos.
- Prueba a meterlo de lado o aparcarlo fuera. – Le replicó Chufiman.
- Sí, y le pongo el seguro para que no me lo roben ¿No? – Dijo el nazgul en tono irónico

Los cuatro misteriosos, en un intento por salvar a su amigo y salvarse ellos mismos también, le dijeron al nazgul que ellos irían a por horchata y que mientras llegaban podía beber un poco de cerveza. El nazgul asintió y los cuatro misteriosos salieron pitando a por la horchata.

- ¡Chufiman! Vente. – Le gritó misterioso nº 3 a Chufiman.
- No, yo me quedo aquí. – Replicó Chufiman.

(Sí, Chufiman está tonto, y tanto el autor de esta obra como los cuatro misteriosos son conscientes de ello)

Chufiman se quedó en el parque sentado con el nazgul mientras los cuatro misteriosos iban a por horchata. El nazgul cogió una de las botellas de cerveza que había allí como le habían dicho los misteriosos y se la bebió.

¡BUUURPPPP!

- Salud. – Le dijo Chufiman.
- ¡Cruzcampoooo! Quiero Cruzcampooooo. – Gritó el nazgul.
- Pues no tengo saldo para llamar a éstos. – Contestó Chufiman.

De repente el nazgul comenzó a dar chillidos ultrasónicos, estaba llamando a sus coleguitas que llegaron volando enseguida, 8 más como éste y los 8 llegaron pregunándole al primero que si había encontrado a Chufiman.

- ¡Cruzcampo mejor! – Gritó.

Los cuatro misteriosos estaban llegando al parque, antes de entrar vieron a los 9 nazgul allí dando gritos y chillando. Ya la ha jodido Chufiman. – Pensaron. Cada uno llevaba una botella de horchata por si el nazgul quería repetir.

- ¡Aquí te traemos la horchata, amigo! – Le dijo misterioso nº 1 al nazgul.
- ¡Cruzcampo! – Gritaron los 9 nazgul.
- Yo tengo unas litronas en mi casa. – Sugirió misterioso nº 4.
- De camino a tu casa cambiamos la horchata por Cruzcampo también. – Dijo misterioso nº 3

Los cuatro misteriosos agarraron a Chufiman y se fueron dirección a casa de misterioso nº 4 , pero había un pequeño problema, los nazgul los estaban persiguiendo, no iban a dejar a Chufiman, donde estaban Chufiman, ahí iban a estar los nazgul, de eso se dieron cuenta cuando al llegar a casa de misterioso nº 4, Chufiman se quedó abajo y los nazgul se quedaron abajo con él. A los 5 minutos bajaron los cuatro misteriosos con 4 botellas de Cruzcampo y se las dieron a los nazgul, que las abrieron con la boca.

- No deberiais abrir las botellas con la boca, os podeis hacer daño. – Les dijo misterioso nº 3

Los nazgul se bebieron los 4 litros de cerveza en escasos segundos y pedían más.

- Oye, se nos olvidó cambiar la horchata por cerveza en el Manolo. – Recordó misterioso nº 2
- Pues vamos para allá. – Dijo misterioso nº 3

Los cuatro misteriosos, Chufiman y los nazgul se dirigieron al Manolo, donde los cuatro misteriosos cambiaron la horchata por cerveza. Continuaron hasta el parque con las litronas y allí se las dieron a los nazgul, que las abrieron de nuevo con la boca y se las bebieron enseguida.

¡BUUUURPPPPP!

- ¡Queremos más! – Gritaron los nazgul.
Los cuatro misteriosos se volvieron a reunir a espaldas de Chufiman y los nazgul.

- ¿Qué hacemos ahora? – Preguntó misterioso nº 1
- ¿Les damos un poco de whiskey? – Propuso misterioso nº 3
- No tío, que como les guste no hay más. – Replicó misterioso nº 4
- Con 5 euros compramos tinto y coca cola suficiente como para que cojan un buen pelotazo. – Sugirió misterioso nº 2
- Hecho, vamos a probar, aunque tumbar a estos... me da que es imposible. – Dijo misterioso nº 3
- Nazgul, ahora venimos, os vamos a traer algo rico rico. – Les dijo misterioso nº 2
- Quédate con ellos, Chufiman, que en el super no los van a dejar entrar. – Le dijo misterioso nº 1 a Chufiman.

Chufiman se quedó en el parque con los nazgul, mientras sus amigos iban a por algo para saciarlos.

- ¡Cruzcampo! – Gritó uno de los nazgul.
- Oye, en mi casa ahora que me acuerdo, tiene que haber Cruzcampo, mi padre bebe. – Dijo Chufiman a los nazgul.

A éstos se les encendieron los ojos, cogieron a Chufiman y le obligaron a llevarles a su casa a por cerveza. Chufiman, algo asustado por lo que pudiera pasar, llevó a los nazgul hasta su casa, donde éste entró con sigilo a coger cerveza sin que lo vieran.

- ¿Dónde vas, Chufi? – Le preguntó su hermana.
- A coger unas cervezas pa unos amigos. – Respondió.
- ¿Esos tan raros que hay en la puerta?
- ¡Cruzcampo! – Gritaron de repente los nazgul.
- Sí... esos que gritan. – Le contestó Chufiman a su hermana.
- ¿¡Qué ha sido ese ruido!? – Preguntó la madre de Chufiman.
- Ná, mamá, unos amigos que están de coña ahí fuera.
- Que amigos más raros tienes, hijo.

Chufiman llegó a la cocina, abrió la nevera, cogió un pack de cervezas y se largó corriendo. Adios mamá. – Dijo cerrando la puerta. Los nazgul cogieron las cervezas, se las bebieron y volvieron a pedir más.
Los cuatro misteriosos habían comprado 5 cajas de tinto peleón, (40 céntimos cada caja), 2 botellas de cola-plus, (70 céntimos cada botella) hielo y vasos. Lo llevaban todo metido en bolsas, se dirigían al parque, donde supuestamente deberían estar Chufiman y los nazgul... pero no estaban...
De repente en un Seat Panda llegó ZP... Escuchando Extremoduro... Se bajó del coche... se dirigía hacia ellos... Está pá comérsela. – Pensaron.

- Cacho pan, ven aquí. ¿Quieres unos moxos? – Le dijo misterioso nº 3.
- Vale. – Dijo ella. Pero veniros a mi coche y nos los tomamos escuchando música.

Se fueron todos al coche de ZP a escuchar Extremoduro y beber calimochos.

Al rato...

- Eh, aquel es Chufiman con los nazgul y aquí hay calimotxo de sobra para todos. – Dijo misterioso nº 1.
- Eh, eh, oye, vuestro amigo puede entrar, pero esas cosas raras que vienen con él, no. – Dijo ZP
- Son amigos, no te preocupes. – Le contestó misterioso nº 2
- ¡Cruzcampo! – Gritaban los nazgul dirigiéndose al coche en el que estábamos montados.

Los cuatro misteriosos prepararon 9 calimochos para los nazgul, que estaban inquietos alrededor del coche, les dieron los calimochos y se los bebieron, parece que les gustó y pidieron más.

- Va, otra rondita a ver si se emborrachan ya. – Dijo misterioso nº 3
- ¡Oye! ¿Aquel no es el cabrón que nos quitaba la merienda todos los días en el colegio? – Preguntó misterioso nº 1
- Sí, sí, es aquel. – Afirmó misterioso nº 2
- Nazgul, si quereis más moxo, pegadle a aquel que va por allí. – Les dijo misterioso nº 4 a los nazgul.

Los nazgul se miraron entre ellos, se dirigieron hacia el chico, le propinaron una soberana paliza, lo metieron en un contenedor y lo tiraron calle abajo.

- ¡Ostias, cómo mola! – Gritó eufórico misterioso nº 3.
- Joer, que amigos más raros y peligrosos teneis. – Dijo ZP

(En esta parte de la historia, el autor se pregunta cómo puede acabar con los nazgul sin sacar a Obi Wan Kenobi, ya que entonces la historia sería friki total, tampoco puede sacar a Aragorn, porque entonces habría varios personajes de la misma peli y tampoco puede sacar a personajes utilizados en historias poco normales anteriores)

Los nazgul se dirigen de nuevo al Panda a por más calimocho.

- Ala, tomad. – Les dijo misterioso nº 3 a los Nazgul dándoles más calimochos.
- Venid aquí. – Dijo misterioso nº 2 a los demás misteriosos.

Los cuatro misteriosos se juntaron de nuevo para cuchichear algo a espaldas de los demás. Querían deshacerse de los nazgul, se estaban poniendo pesaditos. – Pensaron.

- Les damos todo el tinto y cuando estén borrachos, nos largamos. – Dijo misterioso nº 2
- Buena idea. – Dijo misterioso nº 3.

Misterioso número 2 cogió el tinto y junto con los vasos, el hielo y la coca cola, se lo dio a los nazgul, que se lo bebieron todo. Después de haberse bebido todo el tinto, los nazgul cayeron al suelo borrachos y empezaron a vomitar.

- Chufiman, entra en el coche, que nos vamos. – Le dijo misterioso nº 2.
- Arranca, guapa. – Le dijo misterioso nº 3 a ZP.

Chufiman, los cuatro misteriosos y ZP se largaron de allí dejando a los nazgul en el suelo tirados en estado comatoso.
A ritmo de Extremoduro salieron todos pitando de allí. Unos kilómetros más adelante se encontraron en mitad del camino un coche pintado de colores super horteras, margaritas y hojas de marihuana, que les impedía el paso.

- Alto ahí. – Les gritó el tío que estaba dentro del coche.

Era un tipo con una melena larga llena de piojos, y tenía los ojos rojos de estar fumando petas.

- Eh tío, que no se puede conducir gritado. – Le dijo ZP al hippie.
- A callar, sois todos culpables de la muerte de 9 bichos indefensos en peligro de extinción. – Les dijo el hippie mientras movía con la boca un porro.
- ¿Qué dice el hippie ese mierda? – Preguntó misterioso nº 4, que como estaba en la parte de atrás del coche y con la música a todo volumen no se enteró de nada.
- El flipao este, que dice que hemos matao a 9 no sé qué. – Le contestó ZP
- Sí, sí, los emborrachasteis, han muerto por intoxicación etílica. – Dijo el hippie.
- Ah coño, habla de vuestros amigos esos raros. – Le dijo ZP a los misteriosos.

Los cuatro misteriosos se miraron entre ellos... miradas... silencios... y de repente...

- ¡Atropéllalo! – Le gritaron los cuatro misteriosos a ZP.

ZP aceleró y se cargó al hippie. A la media hora...

¡Titiritiruriruriruuuuutitiririiii!

- Ese es tu móvil. – Le dijo misterioso nº 1 a misterioso nº 3
- No, no, mi móvil no suena así, eso es una mariconada. – Dijo misterioso nº 3.
- No es ninguna mariconada, es mi móvil. – Sentenció Chufiman.

Chufiman cogió el teléfono, ZP bajó la música.

- Dime mamá.
- Hijo ¿Tú te has llevado un pack de cervezas de la nevera? Es que tu padre lo está buscando como loco.

El resto de la gente que iba dentro del coche empezó a mirarse, todos contenían la risa cuando de repente misterioso nº 3 gritó: ¡Cerveza! Y aquellas risas disimuladas, se convirtieron en un estruendoso “jajaja”

- Sí mamá, me he llevado unas cervezas pa mis amigos.
- Ah, los raros esos, hay que ver con la gente tan rara que te juntas.

Chufiman se despidió de su madre y colgó el teléfono.

- Bueno, a ver, nos vamos de juerga, ¿no? – Sugirió ZP
- Sí, sí, vámonos. – Dijo rápidamente misterioso nº 1

Recorrieron varias calles hasta encontrar un local en condiciones, ZP aparcó el coche en la misma puerta y se dirigieron todos a la puerta del local. Fueron pasando uno por uno y cuando iba a entrar Chufiman...

- Tú no puedes pasar. – Le dijo el portero.
- Pe pe pero si soy mayor de edad. – Le respondió Chufiman tartamudeando.
- Enséñame el carnet. – Le pidió el portero.
- No lo tengo aquí. – Respondió Chufiman.

...

Todos se salieron del local para ir con Chufiman, no lo iban a dejar solo.

- ¿Qué hacemos? – Preguntó misterioso nº 2

Ante la mirada atónita de los 6 personajes pasó un contenedor de basura... que ¿gritaba?

- ¿Estais pensando lo mismo que yo? – Dijo misterioso nº 1 al resto.
- Sí, sí. – Asintieron los demás y ZP.
- Yo no sé en qué estais pensando. – Dijo Chufiman.

Los cuatro misteriosos con ayuda de ZP cogieron a Chufiman, detuvieron el contenedor, metieron a éste dentro, junto con el matón que les robaba la merienda a los cuatro misteriosos y lo hicieron caer calle abajo.

- ¡Al coche! – Gritó misterioso nº 2

Arrancaron el coche y a ritmo de Extremoduro fueron golpeando el contenedor durante manzanas y manzanas hasta que...

¡Chooooffff!
¡Chooooooofffff!

Chufiman, el matón que les robaba la merienda a los cuatro misteriosos en el colegio, un contenedor de basura, ZP, los cuatro misteriosos y un Seat Panda acababan de caer al río.

Chufiman fue condenado a una noche en el calabozo por no llevar el DNI encima.
El matón que les robaba la merienda a los cuatro misteriosos en el colegio fue condenado a un año de trabajos para la comunidad hasta pagar las meriendas de los cuatro misteriosos.
ZP fue condenada a un año de prisión por conducir hebria y golpear en repetidas ocasiones un contenedor de basura, parte del mobiliario urbano.
Los cuatro misteriosos, haciendo uso de sus buenas o malas artes, se escaparon del coche y andan sueltos por ahí. Si tiene algún problema y se los encuentra, cambie de acera de inmediato o sus problemas se multiplicarán.

¡Titiriiiiitititiiiiitiriritiririiiiiititiriririi!

- FIN -

Aclaraciones:
Ningún animal ha sido maltratado en esta historia.
El Seat Panda de ZP es del 90.
ZP no es el presidente, es Zorra Pelirroja.
 
posted by R.M Gómez | Permalink |


5 Comments:


  • At 2:54 p. m., Anonymous Anónimo

    Estupendo, pero el Seat Panda lo cambiamos por un Micra de color Azul y la historia perfecta.

    JAJAJAJAJA

     
  • At 7:02 p. m., Blogger Villaykorte

    Me estoy rallando, no suelo recordar nada al día siguiente, pero ni en mis mejores alucinaciones lisérgicas.
    ¿y quién es zorra peligrosa?
    ¿murió el hippie?

     
  • At 8:21 p. m., Blogger R.M Gómez

    Zorra pelirroja es una amiga mía que ya ha leído el relato y se ha acordado de mí... el hippie... mmmm, digamos que lo atropellaron bien... para que no volviera a aparecer unas manzanas más alante.

     
  • At 10:36 p. m., Anonymous Anónimo

    Epa.....para qué mentir....me he enterado mas bien poco, y me he quedado algo flipá...y no por que lo escribas mal, si ironía tiene mucha...pero yo con tanta botellita, y nombres raros.....que ideas! Todavía parece que seguís con las pedradass lo de pammm jajajaajaj venga una cervecita para que sigas escribiendo asi de bien! jejeje (el sábado me obligaron a tomar cerveza unas que yo me se y sabe a rayos.....¿esto es normal? :P)Agursssss

     
  • At 8:49 p. m., Anonymous Anónimo

    mmmmm puedo decir que eso ocurrio... en algun lugar... de algun sitio de cuyo nombre no puedo recordar (cruzcampo!!!) jajajajjaja


    PD: el misterioso nº4 intento violar al nº1 jajajja