Y suena como debe sonar, es como debe ser, como debío ser hace tiempo y ahora entre copa y copa maldigo la hora en la que volví a ti. Nada que hacer, nada, maldecir las horas que te he entregado, maldecir todo lo que he hecho por ti y maldecir a mi corazón porque ha llorado cuando lo ha visto escrito en estas 4 paredes que velan mis sueños. Hasta siempre.
Ya no hay sueños, ya se fueron, volando como siempre, volando otra vez, ahí los lleva el viento, ahí lleva mi inocencia mezclada con el amargo humo del tabaco.
No te vas, no querías que fuera así, pero me cansé de mirar siempre por ti, te amaré toda mi puta vida, pero jamás podré estar aquí a tus pies sabiendo que tus besos y tu corazón ya no son míos. ¿Egoista? Tal vez hay quien lo vea así, pregúntale a mi corazón, que me ha confesado que le gustaría dejar de latir.
Adios
Siempre tuyo
Rafa
Me ha encantado, Rafa. He leido gran parte de tus posts y creo que sabes transmitir con una sencillez deslumbrante los sentimientos más complicados... más irracionales.
Es cierto, cuando uno ha luchado y peleado hasta la extenuación por alguien, y ha depositado su confianza en los besos y sueños que compartió con otra alma, y de repente, todo se acaba, el odio, el rencor y la impotencia suelen acudir raudas a su corazón, pero ¿para qué sirven esos tres sentimientos? no es mejor, seguir amando, aunque duela... Con el tiempo, y el paso de las luna y los soles, toda tormenta pasa y el miedo a los relámpagos queda como un bonito recuerdo, con el que sonreir al nuevo día.