Porque lo primero que deseo al llegar de trabajar, es verte.
Porque estás en mi mente y en mi corazón,
desde que me levanto hasta que me acuesto,
y en mis sueños puedo sentirte acomodada en mi regazo.
Porque aunque el cansancio trate de hacer mella,
son más fuertes las ganas de estar contigo.
Porque eres mi canción y mi luz,
el beso más dulce y más tierno,
la llama que arde en mi corazón.
Sensualidad, vida, color,
pasión escondida, aún por restallar.
Fuerza y vitalidad, ímpetu...
Y algún día, que puede ser un día como el que ya fue,
o como hoy quizás, como un día cualquiera...
Te besaré, me besarás.
Y junto al sol, la luna y las estrellas brillarán,
danzarán al compás de las olas,
de tus caderas, de tu sonrisa,
de una melodía especial, o una cualquiera.
Y en un silencio, en un suspiro,
en un instante, quizás,
en mitad de esa melodía,
mientras en tus ojos brillen todos los luceros,
se desatará esa fuerza implacable,
infinita, impertérrita, esa fuerza que mueve el Universo...
En su forma más pura, más eterna, más humana y real...
Para después abrazarnos...
y de nuevo, un silencio.