Me es incalculablemente reconfortante y me halaga, que haya siempre alguien detrás mía, que cuando estoy bien y feliz, se dedique a atacarme e intentar fastidiar (Gracias por las tantas molestias que te tomas, anónimo). Es por ello que he activado la moderación de los comentarios, aceptando que habrá a quien le moleste porque nunca la he activado en esta página, y habrá a quien le dé igual porque seguirá entrando, leyendo, y comentando. Siempre admití las críticas y que modere los comentarios no implica que no vaya a publicar aquellos, como ya he visto tipo: "vaya mierda de blog" "¿y eso quién lo ha escrito, un niño de párvulo?" etc etc. Admití también en ciertas ocasiones, los ataques personales, tras un anónimo o un pseudónimo sin tener dónde hablar con la persona en cuestión más que aquí. Eso ya se acabó, y no, no es censura, los comentarios que estén de más, que no tengan que ver con el blog, y lo único que busquen sea destruir, no serán publicados. Este es un blog de lectura, en el que podrán hacerse críticas positivas, negativas y se podrán seguir dejando comentarios CONTRA UN POST y CONTRA EL BLOG pero las batallas campales se han terminado aquí. El otro motivo, es que yo soy una persona, firmo con nombre y apellido, y en cualquier sitio donde voy, escribo, o digo algo, soy R.M Gómez, y hay donde dirigirse a mí. La persona que tantas ganas tiene de evitar a toda costa que sea feliz, puede levantarme un club de fans, ya que tan obsesionada está conmigo o aportar pruebas y aparecer con un nombre cuando quiera decir algo que va a leer gente que me conoce de años, meses, días, pero que al fin y al cabo, saben quién soy: R.M Gómez y que no tengo que esconderme tras un pseudónimo o anónimo para decir algo.