24 enero 2006,11:51
El crimen de Cuenca
Ha desaparecido José María, un chico de la localidad de Osa de la Vega, allá por el 1910 gobernada por conservadores. La madre de él afirma que lo han matado. No se encuentran pruebas del delito, ni culpables, ni el cuerpo de la víctima, pero junto con la víctima trabajaban en el campo dos amigos suyos; el león, y Gregorio, vecinos de la localidad de Tres Juncos, localidad ciertamente más liberal que Osa de la Vega. La incompetente justicia, al no hayar pruebas, decide que los culpables del delito han sido el león y Gregorio. Mediante torturas inhumanas, degradantes, y malos tratos a los dos reos, consiguen hacer que estos se confiesen culpables, dando cada uno, una versión diferente de los hechos, con lo que se consigue desencadenar luchas entre ellos, pero cuando la policia les hace buscar el cuerpo, éstos no tienen ni idea de dónde puede estar. Desentierran varios cadáveres del cementerio del pueblo y se encuentran con la sorpresa de que el cuerpo de la víctima, el Cepa, no aparece allí. Nuevamente la justicia recurre a las torturas y las palizas, y dan por hecho, puesto que no encuentran el cadáver, que los culpables del delito, descuartizaron el cuerpo de la víctima, lo quemaron, y echaron sus cenizas al río.
Antes de entrar en la sala, donde se celebrará el juicio que determine la pena que deben cumplir los reos, éstos se confiesan inocentes, pero sólo ante sus respectivos abogados, que les piden confesarse culpables, puesto que de lo contrario, les espera la pena capital. Los abogados buscan atenuantes, que son desechados sin más por la sala, el fallo del jurado condena a los reos a 18 años de cárcel, que pueden quedarse en 10, ya que desde que los encierran, hasta que se celebra el último juicio, pasan años.
Parte final de la película, José María, el Cepa, resulta que se había escapado de su pueblo y estaba en un pueblo cercano a Osa de la Vega, vivo, con hijos, y esperando los papeles necesarios para casarse, que tiene que pedirlos a la Iglesia de su pueblo. Cuando la carta pidiendo estos papeles, llega a Osa de la Vega, los hay que creen que es una broma, pero la mujer de Gregorio y sus hijas, se encargan de encontrar respuestas. Por fin José María, es llevado por la guardia civil del pueblo donde estaba con su mujer y sus hijos a Osa de la Vega. Allí, hasta llegar a la puerta de los juzgados, va diciéndole a todo el pueblo que está vivo, entre griterío y escándalo. En la puerta de los juzgados, el león y Gregorio, que cuando ven a José María, se abrazan emocionados. La justicia ha fallado.
Y ahora llega la parte en que a uno le da por pensar. ¿Quién le devuelve a esos dos inocentes los años que han perdido en la cárcel? Gregorio, he olvidado decirlo, tiene mujer, varios hijos, y cuando lo encierran la primera vez, tiene un bebé, que aún tiene que mamar del pecho de la madre. ¿Quién le devuelve todo lo que ha perdido? Su vida ha cambiado por completo, ha sufrido torturas inhumanas en silencio, y resulta que no era culpable de nada. Así era la justicia en la Edad Media, incompetente, ante una sociedad de miedos e inseguridades, se veía obligada a lograr el orden, recurriendo para ello a lo que hiciera falta. Si no hay culpables, o nos lo inventamos o ha sido el demonio, claro que si ha sido el demonio, el alboroto que se puede formar en el pueblo es chico. Conclusión: Si no hay culpables, tiene que haberlos. Esa era la justicia en aquella época. Pero no estamos en la Edad Media, la película narra unos hechos ocurridos en 1910, siglo XX, aunque parece que hubiera ocurrido en la Edad Media. Por suerte las cosas ya han cambiado, si sales de tu casa y tardas en volver más de tres o cuatro días, te buscan hasta encontrarte, que alivio.
 
posted by R.M Gómez | Permalink |


3 Comments:


  • At 3:03 p. m., Anonymous Anónimo

    Por suerte para nosotros, pero hoy, en el 2006, en pleno siglo XXI, seguimos viendo atrocidades de este tipo, gente que es torturada para que confiese lo que no ha hecho (no sé si habreis visto "En el nombre del Padre"), gente que es encarcelada, torturada y asesinada ya no sólo para convertirla culpable de un crimen, sino sólo por expresar sus ideas ya sean políticas o religiosas, o por el mero hecho de sentir como siente (¿cuántos homosexuales son condenados a muerte sólo por el hecho de serlo?).
    Las cosas han cambiado, afortunadamente, pero aún deben cambiar más y en nuestra mano está el poder hacerlo. Hay esperanza si todavía hay gente a la que se le revuelven las tripas al ver cosas como esas.
    Un besote, cielo.

     
  • At 1:54 a. m., Blogger Vzqz

    Si la película merece esa entrada, a mí me ha picado la curiosidad: la veré.

    Saludos.

    Y suerte en los exámenes ;-)

     
  • At 2:11 p. m., Anonymous Anónimo

    Tanto como que han cambiado...en unos sitios más que en otros ;-).
    No conocía tu blogg (creo), pero me ha encantado. Volveré por aquí a menudo, de verdad que merece la pena.
    Y mil gracias por el enlace, es un honor.

    Saludos de una araña anciana;

    Hache.