22 mayo 2007,13:53
La Toma de la Bastilla (Elecciones pipiribipipi)
No pocas han sido las veces que he escuchado aquello de: voto a tal por no votar a pascual; de entre lo malo, voto a lo menos malo; y frases parecidas. Se acercan las municipales, y yo me pregunto. ¿Tengo que elegir yo también de entre lo malo, lo menos malo? ¿Ese es mi derecho a voto? ¿Nadie se ha parado a pensar que eso es más un derecho a pataleo o castigo? Como fulanito lo hace mal, voto a menganito. Y lo realmente decepcionante, es que son muchas las personas que piensan y votan siguiendo este sistema. La consecuencia es clara: el método funciona y los políticos están al acecho esperando que cualquiera del partido contrario o haga o diga una chorrada. Así España es uno de los paises con mayor corrupción en el tema por ejemplo de urbanismo (y digo por ejemplo porque ahora mismo es lo más sonado y lo que se me ha venido a la cabeza mientras escribía, no obstante, la corrupción es corrupción y no sólo está presente en este ámbito) Así en España los trabajadores cobran menos que en cualquier país de la Unión Europea (ojo, digo trabajadores ya que el que heredó una millonada de pelas hace 15 años, compró x pisos y ahora los vende por una millonada de euros no es un trabajador) así va de bien la Sanidad y un largo etcétera en el que se pueden incluir a la gente que se muere de hambre y a De Juana, cuya escolta a la hora de salir a dar un paseo por las afueras del centro hospitalario, nos cuesta a los españoles 120 € por paseito, pero eso son otros temas ¿no?
¿Cuáles son las causas de esto? Muchas, la primera la sociedad. Mientras hace años se podía ver a un Pepe Navarro soberbio a la par que entretenido y ameno Cruzando el Mississippi y valía la pena, ahora mismo se fomenta “el pelotazo” en la tele, consistente en ir a cualquier programilla, contar una patraña y una sarta de mentiras que no se creería ni el más inocente de los niños y que por no llorar hace reír, para llevarse unos duros, sin olvidar nunca los insultos, que sube la audiencia como la espuma y de paso los dígitos de la cuenta del banco. ¿Y a qué viene todo esto? Se preguntarán algunos. Pues es simple, una gran parte de la sociedad, se pega horas y horas todos los días delante de la televisión para saber cómo termina el culebrón de la puta de turno con el chulo del barrio ya sea un torero, un futbolista o un don nadie que salió en Gran Hermano. A una parte de la sociedad le jode que hayan encerrado a la tonadillera y rezan por el alma de Julían Muñoz porque, pobre hombre, si está con la Pantoja no será mal tío. Pues señores, todos esos, tienen pisitos y casitas que para tener cualquiera de nosotros, tendríamos que hipotecar nuestras vidas y las de nuestros nietos. Todo gracias a la brillante política, al fomento del pelotazo, a que el que más gana es el que más grita y más ladra y un sinfín de palabras malsonantes, demagogia barata y la inundación de la M-30. Después llegan las elecciones y claro, todos nos van a robar, pues nada, votamos al que menos robe.
Soluciones: Inconformismo ¿Para qué coño quiero 150 nuevas estaciones, si el metro tarda más en llegar y falla más que una escopeta de feria? ¿De qué sirve un hospital nuevo que lo único que tenía en la inauguración era una incubadora la cual se llevaron en una furgoneta por la puerta de atrás horas más tarde? ¿Votamos por alargar el permiso de paternidad o por el cheque de 300€? Quiero las dos cosas, así de claro. Quiero soluciones a los problemas, no respuestas tipo “yo no fui, fue él” Quiero un país mejor, un trabajo que me permita pagar una hipoteca de chorrocientos euros, o hipotecas más baratas, o que se acabe la especulación, los minipisos, los pisos de precios desorbitados y la inmundicia. ¿Qué candidato va a solucionar todo eso? ¿Realmente le va a interesar a alguno solucionar todos esos problemas, que quizás para otros no lo son?
Mi voto, por tanto, es claro: blanco, nulo, nada. No me conformo con “de entre lo malo, lo menos malo” me niego.
La otra alternativa podría ser el comando tippex.
En vuestras manos queda ahora el resto. Castigar al peor de todos (el peor de todos puede variar según cada uno) o castigarlos a todos con un contundente “estoy hasta los cojones de todos vosotros” Personalmente no sé qué pasaría si nadie, absolutamente nadie, votase. Está claro que no va a pasar nunca, por eso no se sabe a ciencia cierta lo que podría pasar. Tal vez alguno terminaría suicidándose. Pero me gustaría saber realmente qué pasaría. Supongo, por lo poco que sé, que habría nuevas votaciones, referéndum, o en el más absurdo de los casos y rozando los límites de la imaginación… “manden VOTO + Nombre del candidato al 6666” Si alguien sabe algo más, simplemente por curiosidad me gustaría que lo explicase en un comentario.
Gracias a todos por leer.



Ardet Troia
 
posted by R.M Gómez | Permalink |


1 Comments:


  • At 2:57 p. m., Anonymous Anónimo

    No ir a votar no es inconformismo, para que cuente es necesario que acudas, aunque lo hagas en blanco, es necesario que metas tu papelito en blanco, si nó no cuenta.