Mira al frente y hacia el infinito azul, soldado. Levanta la vista, seca tus lágrimas y mantente firme. Tu conciencia está limpia, ningún mal has hecho, pero has de seguir combatiendo. Que el acero de tu espada siga volviéndose fuego frente a la maldad y la iniquidad, y que tu sola mirada, haga desfallecer a la injusticia misma. Tenéis mi bendición. Partid, no demoréis. Sabed que donde haya agua, donde haya aire, y donde lleguen los rayos del sol, siempre habrá alguien con el corazón podrido y dispuesto a cualquier cosa por conseguir lo que quiere. No hay tiempo que perder. Que tu luz acabe con la magia negra y tu ira con todo aquel que la practique. Mi séquito de ángeles irá contigo, y para acrecentar tu alegría, te entrego también a la mejor curandera del reino, ya hace tiempo que veo que os miráis de esa manera cuando os cruzáis (risa estrepitosa)... Sé que volveréis victoriosos, de lo contrario, el planto y la pena durarán meses. ¡Qué nada os detenga! A la vuelta, celebraremos una fiesta digna de la hazaña que vais a llevar a cabo. El cielo de los héroes ya tiene abiertas las puertas para vosotros. Lok' tar! - Gritan todos al unísono.
Partamos, mi señora, el honor y la gloria nos esperan.