regalo la fuerza de mis dos hombros.
Por una simple sonrisa,
derrocho el aura de mi corazón.
Y hoy, al igual que ayer,
allí donde alguien se derrumbe, estaré;
allí donde una mano necesite otra mano, estaré;
allí donde cruzar un puente sea imposible, estaré;
allí donde se pierdan y encuentren los sueños;
allí donde todo lo pueda Amor.
Estaré donde se apague la luz y vede todo la oscuridad;
porque aunque no pueda arrancarme los ojos,
puedo enseñar a ver;
y aunque tampoco puedo estirparme los pulmones,
siempre hay un lugar donde se respira mejor.
siempre un placer pasar por este blog y leer poesía. Un abrazo