Lo que me pasa, es que nunca pienso en mí, siempre en los demás.
Lo que me pasa, es que amo sin condiciones, y tengo un trastorno de lealtad.
Lo que me pasa, es que no entiendo la infidelidad.
Lo que me pasa, es que para mí, una mujer, es lo más próximo que existe a Dios.
Lo que me pasa, es que este mundo no está hecho para mí.
Pero lo cierto, es que de mis cenizas, renaceré pronto.
Con más fuerza, con más ímpetu, como un devastador huracán.
Y sí, tal vez sea creído y egoísta, pero aún no encontré una mujer a mi altura.
Ninguna demostró estarlo, o tal vez era más fácil no tratar de subir peldaños.
Cuando amo, lo doy todo.
Cuando amo, nada vale mi vida, nada vale lo que tengo, si no puedo compartirlo con esa persona.
Así soy yo.
Y ahora, que he acabado con lo poco que quedaba de esta historia, trataré de ganarme algo más para dar.
Para esa mujer que se lo gane con la verdad, con honor, y demostrando fuerza, no cobardía.
No os acerquéis.
No me busquéis.
Se acabó todo.
He tirado la alianza al río, y quemado nuestras fotos. No ha sido fácil y lo he hecho con lágrimas en los ojos y los labios. ¿Pero qué importa?
Me siento demasiado fuerte, pero inestable a la vez y no quiero haceros daño.
Cierro la publicación de comentarios y el domingo el blog.